El Universo
El destino último del Universo es un tema en cosmología física. Las teorías científicas rivales predicen si el Universo tendrá duración finita o infinita. Una vez que la noción de que el Universo empezó con el Big Bang se hizo popular entre los científicos, el destino final del Universo se convirtió en una pregunta cosmológica válida.
Según las teorías cosmológicas actuales, la cantidad de materia que hay en el Universo es la que decidirá el futuro del mismo. Se tiene una idea bastante aproximada de la cantidad de materia visible que existe, pero no de la cantidad de materia oscura, dependiendo entonces de ésta el futuro del Universo.
Se ha podido calcular que si la densidad del Universo es menor que tres átomos por metro cúbico, será insuficiente para frenar la expansión, el Universo se expandirá indefinidamente (Big Rip) y será condenado a una muerte fría en medio de la oscuridad más absoluta. En este caso el tiempo se acabaría en unos 35.000 millones de años, contados desde el momento cero del Big Bang. Pero si la masa es suficiente para detener la expansión, tendrá lugar el Big Crunch o, lo que es lo mismo, el Universo, forzado por la gran cantidad de masa, empezaría a comprimirse hasta que, dentro de unos 20.000 millones de años, acabe por colapsarse en una singularidad, algo parecido al Big Bang, pero al revés. En este caso tras el Big Crunch es posible que el Universo comience de nuevo con otro (o, según el modelo cíclico, el mismo) Big Bang.
El Big Freeze es un escenario bajo el que la expansión continúa indefinidamente en un Universo que es demasiado frío para tener vida. Podría ocurrir bajo una geometría plana o hiperbólica, porque tales geometrías son una condición necesaria para un Universo que se expande por siempre. Un escenario relacionado es la Muerte térmica, que dice que el Universo irá hacia un estado de máxima entropía en el que cada cosa se distribuye uniformemente y no hay gradientes, que son necesarios para mantener el tratamiento de la información, una forma de vida. El escenario de Muerte térmica es compatible con cualquiera de los tres modelos espaciales, pero necesita que el Universo llegue a una eventual temperatura mínima.
A una escala de tiempo incluso más larga, el universo podría llegar a su fin. Hay modelos científicos competentes sobre cómo podría suceder esto, sin embargo en todos los casos, no será posible ningún tipo de vida. La edad actual del universo es estimada en 13.700 millones de años. Hay varias teorías que compiten en cuanto a la naturaleza de nuestro universo y cómo podría terminar. Esto se daría lugar en una escala incluso más larga que la expansión del sol.
Espacio exterior
Es cierto que los acontecimientos en el espacio exterior provocarán un gran golpe a la vida en la Tierra, tal como ha sucedido con anterioridad en varias extinciones masivas. Sin embargo, los acontecimientos más catastróficos y probables, sucederán en un plazo extremadamente largo, medido en miles de millones de años. Las proyecciones indican que la galaxia de Andrómeda está en curso de colisión con la Vía Láctea. El impacto está previsto que ocurra en cerca de 3.000 millones de años formando una galaxia llamada Lactomeda, Andrómeda se acercará a una velocidad media de cerca de 140 kilómetros por segundo; las dos galaxias se combinarán probablemente para formar un gigante elíptico. Esta combinación expulsará muy probablemente a nuestro Sistema Solar en el espacio profundo o lo bombardeará con otros sistemas solares. De cualquier manera, provocará que nuestro planeta llegue a ser inhabitable (una colisión real es innecesaria).
El Sol
Entre los riesgos más serios para la vida reconocidos en la actualidad por la ciencia, están los cambios que ocurrirán en el Sol como parte de su ciclo de vida como estrella. Se sabe que las estrellas aumentan su luminosidad y calor conforme envejecen. Así pues se calcula que el sol incrementará su brillo en un 10% en los próximos 1100 millones de años, y en 40% en los próximos 3500 millones de años. Algunos expertos creen que basta dicho incremento del 10% en la luminosidad del Sol para evaporar los océanos, y llevar a la Tierra a un efecto invernadero, convirtiéndose en un mundo estéril y sobrecalentado similar a Venus.
Dentro de 5.000 a 6.000 millones años, la evolución estelar predice que nuestro Sol se convertirá en una gigante roja y que probablemente envolverá en su totalidad a la Tierra. Esto ocurrirá siempre y cuando la gravedad del Sol (que se reducirá en un cierto plazo debido a que irradia su masa al exterior), todavía pueda mantener a la Tierra en una órbita cercana. Incluso si la Tierra se traslada hacia a una órbita más distante, puede no haber bastante energía para sostener la vida, puesto que la temperatura eficaz de las gigantes rojas disminuye (es decir, irradian menos calor) al tiempo que aumenta de tamaño, otras posibilidades es que el sol expulse llamaradas solares hacia la Tierra que llegarían a una milla de la corteza.