La relación del Hombre y el Universo ha pasado a lo largo de la humanidad por visiones complejas y se ha ido nutriendo de las más diversas corrientes de pensamiento, siguiendo, eso sí, vertientes filosóficas claras y definidas que han creado mixturas de visiones a lo largo de las épocas. Desde una interpretación del Universo determinada por un orden armonioso de todas las cosas (cosmos) donde existía un orden numérico alcanzando a partir de esa armonía, desarrollos matemáticos y teoremas triviales hoy para el mundo que nos rodea, hasta las concepciones curvas de espacio y tiempo que desembocan en un Universo que ha dejado de ser lineal para convertirse en uno de formas curvas, convexas, y superposición de planos materiales y energéticos. Sin duda tanto las ciencias, los dogmas, los agnósticos y la enorme cantidad de vetas de pensamiento seguirán en la búsqueda incesante -desde su propia perspectiva- que le permita explicar las grandes interrogantes de la interacción del hombre y su ser interno y externo, con el medio que lo rodea más allá de lo conocido desde el comienzo hasta el fin de los tiempos, o hasta el inicio de lo que parece ser un proceso o quizás un ciclo nada más. A nuestra orden y a nosotros como hermanos Masones nos queda el trabajar en pos de una mejor relación con el Universo material y espiritual, y encausar nuestras dualidades ancestrales.
Nuestro entorno nos grita la urgencia de trabajar en dicho sentido y en ese afán de entender el mundo y el Universo, no abandonar el entendimiento primero y esencial de nosotros mismos, encontrando en algún momento nuestro auténtico rol y camino como Hombres libres, y nos permita enfrentar entonces nuestros grandes desafíos Masónicos Universales.